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“¡Tuya, oh Jehová, es la grandeza, y el...

Del número de enero de 1955 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


“¡Tuya, oh Jehová, es la grandeza, y el poder y la gloria, y la victoria, y la majestad!” (I Crónicas 29:11): “Yo doy a Dios toda la gloria por la curación que aquí se relata.

Nuestro hijo pequeñuelo sufrió un ataque de parálisis infantil, por lo cual to trasladamos al hospital como lo requiere la ley. El diagnóstico médico era temible para el concepto mortal, pero una amable practicista de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. me indicó que al hijo de Dios no podían prenderle ninguna falsa reclamación. Mucho trabajamos consagradamente en la Ciencia la practicista y yo, y transcurrido algún tiempo, fuimos a ver a las autoridades respectivas indagando si ya podíamos trasladar al niño a nuestra casa. Me dijeron que nos costaría mucho el tratamiento fisioterápico en casa particular así como el gasto de doctor a cargo del niño. Yo contesté que con toda seguridad recibiría tratamiento el niño y que yo tenía mi propio médico. Me refería al único médico, Dios, y al tratamiento según la Christian Science. Una vez firmado un formulario que me presentaron en el que declarábamos que nos llevábamos del hospital a nuestro hijo a nuestro propio riesgo, se le dió de baja.

Cuando nos lo llevamos iba tirantemente vendado por todo el abdomen con anchas fajas adhesivas para sostener los músculos estomacales en su lugar, y su piel estaba desprendida y descarnada de tanto reemplazar vendas adhesivas. La practicista me dijo que estudiara este pasaje de la página 257 de The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (La Primera Iglesia Científico de Cristo, y Miscelánea) por Mrs. Eddy: “Para la consciencia ya despierta, el niño de Belén ha dejado sus pañales (envolturas materiales) por la forma y gracia del ideal divino, que ha pasado del sentido corporal al sentido espiritual del Cristo, y se granjea el corazón de la humanidad con ternura inefable.” Entonces, sabiendo que a la Mente corresponde toda adhesión, que la Verdad es la única atracción y que el Amor cuida siempre de sus ideas con terneza, pudimos quitarle las vendas adhesivas muy fácilmente.

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